viernes, 25 de mayo de 2012
Evolución arrastrada
La reconstrucción en 3D del esqueleto de Ichthyostega, el primer animal de cuatro patas que abandonó el medio acuático, ha permitido conocer cómo se movía. En contra de lo que se pensaba este tetrápodo no podía levantar su cuerpo del suelo y caminar, sino que se arrastraba apoyado en sus patas delanteras.
Hace unos 400 millones de años un animal de cuatro patas salió del agua y dio sus primeros pasos en un hábitat terrestre. Ahora, científicos británicos han hecho una reconstrucción en 3D del esqueleto de este tetrápodo y han descubierto que, en contra de lo que se pensaba, aún no podía caminar.
“La imagen que estamos acostumbrados a ver en museos y libros de texto de un animal saliendo del agua y caminando como una gran salamandra es totalmente incorrecta”, explica a SINC Stephanie Pierce, autora principal del estudio que publica Nature, e investigadora de la Universidad de Cambridge. “Los resultados del estudio demuestran que este ser no podía levantar su cuerpo del suelo”.
Pierce y sus colegas aplicaron las tecnologías informáticas y biomecánicas más punteras al análisis de fósiles de Ichthyostega, unos tetrápodos que vivieron hace 360 millones de años. En esta investigación los científicos separaron digitalmente los huesos del animal de la roca que los rodeaba, reconstruyeron el esqueleto usando un software de animación y estudiaron los ángulos y la amplitud de movimiento de cada articulación.
“Los resultados demuestran que las patas delanteras de los primeros tetrápodos habrían sido las primeras en adquirir una función de locomoción en tierra –explica Pierce–. En cambio las extremidades posteriores habrían evolucionando primero como un complemento de la cola para la natación y solo más tarde para caminar en tierra”.
“El hecho de que un animal tenga patas no significa que pueda caminar. Para desplazarse fuera del agua Ichthyostega movía las dos delanteras a la vez y las usaba como punto de apoyo para arrastrar su cuerpo después”, detalla Pierce.
“Evidentemente este ser se movía mejor en el agua –afirma el experto–. Las ‘manos’ le servían para sacar la cabeza del agua y respirar y comer y las patas traseras palmeadas y la cola las utilizaba para nadar. En tierra, las patas no le debían der ser de mucha utilidad “.
La reconstrucción en 3D del esqueleto se realizó a partir de los tres especímenes fósiles de Ichthyostega mejor conservados. Para comprobar la fiabilidad de sus resultados los científicos aplicaron la misma tecnología a animales conocidos, como salamandras y cocodrilos, y comprobaron que tanto el movimiento de las articulaciones como el total del modelo se ajustaban perfectamente a la realidad
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