Imagen del chip tras el ojo |
Chris James y Robin Millar han sido las dos primeras personas que en el Reino Unido han conseguido recuperar su visión gracias a un dispositivo que una empresa alemana, Retina Implant AG, ha desarrollado y que ya probó con éxito en el país germano hace ahora dos años. Se trata de un chip electrónico de 1.500 píxeles sensibles a la luz con un tamaño de 3 milímetros cuadrados.
El dispositivo, que se implanta por detrás de la retina, suple la función de las células que están dañadas por la retinosis pigmentaria, una enfermedad hereditaria que afecta a unas 25.000 personas en nuestro país. De esta manera, los electrodos captan la luz y transmiten esa información al cerebro mediante un sistema de impulsos eléctricos.
"Los primeros síntomas de la retinosis pigmentaria suelen aparecer en la segunda o tercera década de la vida. En primer lugar, se produce una pérdida de la visión nocturna, después se va cerrando el campo visual y se atrofia el nervio óptico, para finalmente producir ceguera total", explica Luis Fernández-Vega, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Central de Asturias y director médico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo.
Actualmente no existe ningún tratamiento para frenar o evitar la ceguera en las personas con esta enfermedad, de ahí que existan diferentes líneas de investigación en desarrollo para encontrar una terapia para estos pacientes.
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